Más de 6,800 pequeños artistas llevan su talento y mensajes de paz al nororiente de Colombia

El segundo ciclo de muestras artísticas del PSCP-UIS en el nororiente colombiano fue mucho más que un despliegue de talento. En estas presentaciones, que incluyeron tamboras, carrangas, cumbias, ensambles sinfónicos y vallenatos, los niños y jóvenes de municipios como Málaga, Ocaña y Sabana de Torres demostraron cómo la música puede transformar vidas y fortalecer los lazos comunitarios.

Desde el Colegio Enrique Pardo Farelo en El Carmen, donde la creación de una canción con banda de marcha cautivó al público, hasta la Banda de Vientos de Zapatoca, que debutó como banda oficial, cada muestra fue una celebración del esfuerzo y la dedicación de los formadores, estudiantes y familias involucradas. Julián Morales Ortiz, formador en Zapatoca, destacó que el programa no solo enseña música, sino que también dignifica a los estudiantes y les muestra que la música puede ser un camino hacia el futuro.

Este impacto se extiende a las familias, como lo evidencia el caso de Johan Salazar, padre de un integrante de la banda de marcha de la Normal Superior de Río de Oro, Cesar, quien expresó su gratitud por la oportunidad de ver a su hijo mostrar su talento fuera de su territorio. Estos eventos no solo fortalecen la confianza y autoestima de los participantes, sino que también generan orgullo en las comunidades y contribuyen a la reconstrucción del tejido social en una región marcada por el conflicto.

Angélica Mora Dionisio, directora regional del PSCP en la Zona 7, subrayó que estos espacios permiten visibilizar los procesos artísticos y la implementación del programa en territorios donde la música y la cultura se convierten en motores de cambio. Este enfoque integrador también es compartido por Óscar Javier Trujillo Serrano, flautista de la Banda Sinfónica Yariguíes, quien destacó cómo las presentaciones les permiten aprender unos de otros y mostrar al público el valor de sus esfuerzos musicales.

El programa presidencial Sonidos para la Construcción de Paz, en colaboración con la UIS, reafirma su papel como la mayor apuesta cultural del Gobierno del Cambio. Desde su implementación, ha sido un puente para unir a comunidades diversas y brindar oportunidades a miles de niños y jóvenes en regiones históricamente afectadas por el conflicto.

Estos encuentros artísticos no son solo una plataforma para exhibir talento, sino un recordatorio de que, a través de la música, es posible construir nuevas narrativas de paz, esperanza y desarrollo. Con cada nota musical y cada presentación, estos pequeños artistas están sembrando las semillas de un futuro más armonioso y lleno de posibilidades para Colombia.