La propuesta del presidente Gustavo Petro para modificar el escudo de Colombia ha desatado un intenso debate en todo el país. En medio de una ola de reacciones apasionadas, tanto a favor como en contra, esta iniciativa ha puesto sobre la mesa un tema que toca profundamente la identidad nacional. ¿Es el momento de renovar uno de los símbolos más icónicos de la nación, o es un cambio innecesario que fracturará aún más la ya polarizada opinión pública?
El presidente Gustavo Petro ha propuesto un cambio significativo en el escudo de Colombia, calificando el actual emblema de “fantasmagórico” y sugiriendo la inclusión de un nuevo lema: “Libertad y orden justo”. Esta propuesta, presentada durante un evento en el sur de Bolívar, tiene como objetivo reconocer la lucha y resistencia de los pueblos que han exigido justicia durante siglos. Según la legisladora Dorina Hernández, quien tramitará el proyecto en el Congreso, este cambio es un paso hacia la construcción de una Colombia más justa y digna para todos. Sin embargo, la iniciativa ha provocado una polarización en la opinión pública, con fuertes debates sobre si el escudo nacional debe reflejar estos nuevos valores o mantener sus símbolos históricos. El resultado de esta controversia podría marcar un punto de inflexión en la identidad y el futuro del país.