En un contexto global donde las grandes potencias están elevando la edad de pensión, el presidente Petro lanza una propuesta audaz: reducirla en Colombia. Esta inesperada iniciativa ha generado un torrente de reacciones y debate sobre el futuro del sistema pensional en el país. ¿Podría esta medida cambiar las reglas del juego en un momento de creciente incertidumbre económica? Las implicaciones son profundas y afectan a millones de ciudadanos.
En su reciente intervención en la Plaza de Bolívar, el presidente Gustavo Petro reavivó el debate sobre las pensiones al proponer que la humanidad debería considerar reducir la edad de jubilación, en lugar de aumentarla. Petro argumentó que la productividad actual debería permitir a las sociedades disfrutar de más tiempo libre en lugar de que los ingresos se concentren en los más ricos. Sin embargo, esta propuesta se presenta en un contexto donde las principales potencias, como China y Francia, están elevando la edad de jubilación, reflejando una tendencia global opuesta.
La realidad en Colombia es compleja. Actualmente, la edad de pensión es de 57 años para mujeres y 62 para hombres, cifras que algunos expertos consideran insuficientes dada la caída en la tasa de natalidad y el envejecimiento poblacional. Según el Dane, los nacimientos en el país han alcanzado su cifra más baja en una década, lo que plantea desafíos adicionales para el sistema pensional.
Además, se ha advertido que, con la reforma pensional vigente, los recursos para cubrir las mesadas podrían agotarse para 2060, lo que subraya la necesidad urgente de una revisión del sistema. A pesar de las intenciones del presidente, la viabilidad de una reducción de la edad de pensión en Colombia parece lejana, dado el contexto económico y demográfico actual. La conversación sobre este tema promete continuar generando controversia en el futuro cercano.